miércoles, 31 de marzo de 2010

Pobres inversores recibirán entre 500.000 y 5.000.000USD del gobierno


Una noticia en montevideo.com.uy da por hecha la transferencia de tierras a la minera Aratirí. "Aratirí tendrá un predio de unas 200 hectáreas en la costa Rocha y para su funcionamiento, además del puerto de aguas profundas necesita una planta de generación de energía".


Uno se pregunta porque una empresa que habla de una inversión de 1.500 millones de USD precisa un subsidio de 5.000.000 USD del gobierno (el monto de USD5: es un cálculo rápido basado en el precio de la ha en zona costera de Rocha según inmobiliarias de la zona). Esto sin considerar los otros subsidios más encubiertos que al parecer todos quieren que reciba en concepto de carreteras, vías férreas, puerto, etc.

Pero hay dos puntos que a mi entender son aún más graves, si es que puede haber algo más grave que las donaciones arriba mencionadas.
1. El gobierno está hablando de donar tierras para un emprendimiento que aún no pasó por ningún tipo de evaluación ambiental, de discusión entre actores locales y nacionales de la sociedad civil y que hasta ahora ha levantado aprobación desde el gobierno y cierto rechazo en las comunidades en que ya ha comenzado a operar.

Dentro de un tiempo la DINAMA, por decir uno de los organismos que deberán dar el visto bueno formal, tendrá que expedirse sobre el emprendimiento. ¿Alguien en su sano juicio cree que le quedará otra opción que dar luz verde? En conclusión, por la vía de los hechos se termina empujando el proyecto hacia la formalidad.


2. Mujica en su discurso en el parlamento habló sobre la necesidad de tener un consenso para tomar definiciones en temas clave como el ambiente (así lo definió el mismo). Consideró que es fundamental para que en el futuro no se le pueda achacar a nadie la responsabilidad. La decisión sobre el puerto de aguas profundas, uso y ordenamiento de la costa debe entonces ser tomada en conjunto por la sociedad. Es bastante claro que en el panorama actual la oposición al puerto será débil y criticada desde varios frentes. Queda entonces que al menos se guarde cordura en dos aspectos. Primero la dualidad de imágenes que se quiere presentar al exterior, por un lado el Uruguay abierto a subsidiar multinacionales con tal de que inviertan y por otro el Uruguay natural al que Mujica invita a todos a venir a vivir y jubilarse. Segundo en utilizar el cúmulo de trabajo e investigación que se ha realizado en Uruguay sobre el uso y ordenamiento de la zona costera. Queda poco por estudiar y analizar, llegó la hora de tomar una decisión. Ya que la misma parece impostergable, ya que no hay diálogo sobre si se necesita o no el puerto, sobre si aceptamos todas las inversiones o no, entonces al menos se debe reclamar un diálogo sobre el cómo se ordenará la costa, cuáles serán las áreas de Uruguay Natural y cuales las áreas de Uruguay productivo. Pero, sobre todo, discutir sobre cómo hacer que las áreas de Uruguay productivo no terminen comprometiendo las áreas que vayan quedando de Uruguay natural. En ese nicho el estado y los actores que Mujica quiere comprometer a unirse a la decisión tienen el deber de fortalecer a la sociedad civil y a la DINAMA para que puedan ser actores relevantes en la discusión.

Para otro blog queda el análisis de los costos y beneficios de donar esas tierras a Aratirí y no a un emprendimiento turístico de menor impacto ambiental y mayor impacto social. Cuál es la relación USD/empleo de cada dólar invertido en servicios turísticos frente a cada dólar invertido en explotaciones como Aratirí? Esta ecuación es clave para ver cuánto estamos dispuesto a arriesgar el Uruguay natural frente al avance del Uruguay productivo y de ese análisis de riesgo saldrán también los estándares a aplicarle a los emprendimientos que vengan a instalarse a Uruguay. No tengan dudas de que seguirán viniendo, pero en lugar de adaptarnos al emprendimiento el emprendimiento vendrá ya adaptado a nosotros.

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